Jordania, naturaleza sorprendente

Jordania es un país de contrastes, eso lo tenemos claro. Si pensamos en el país arábigo seguramente el paisaje predominantes que nos venga a la mente sea el desierto ya que dos se sus su lugares más conocidos, el Parque Arqueológico de Petra y el desierto de Wadi Rum, escenario de rodaje de múltiples producciones cinematográficas de reconocimiento mundial, se encuentran en el desierto. Sin embargo, Jordania es un país con una biodiversidad grandísima en el que sorprende encontrar reservas de bosques frondosos y humedales en mitad de la aridez. En este post os vamos a contar cuáles son las reservas naturales de Jordania. Si vuestra intención es desconectar en la naturaleza, hacer actividades en parajes inigualables o salir un poco del circuito turístico más comercial, tomad nota.

En total, el Reino Hachemita cuenta con siete reservas naturales, entre ellas dos Reservas de la Biosfera de la UNESCO, tres reservas forestales, diez áreas de conservación especial, una reserva marina y dos sitios Ramsar, que son humedales protegidos por su importancia como hábitat de aves acuáticas. Además, cuenta con cinco áreas propuestas para acceder a la categoría de reserva natural. 

*En los mapas se resalta en verde oscuro el área donde se ubican las reservas. Fuente: https://www.protectedplanet.net/en donde podéis explorar casi todas las áreas protegidas del planeta. 

La Reserva de Vida Silvestre de Shaumari fue la primera reserva en establecerse en el país en 1975 con la intención de ser un centro de reproducción de vida silvestre en peligro de extinción y especies locales extintas. Se encuentra a unos 100 km al este de Ammán, cerca de la ciudad de Azraq y su extensión es de unos 22 km². En su desarrollo han participado técnicos de varios zoológicos y parques naturales del mundo y actualmente se centra en la conservación del óryx árabe y la reintroducción del avestruz en la estepa jordana. Tienen un centro de visitantes orientado a favorecer el ecoturismo y el aprendizaje sobre los hábitats del desierto en el que se pueden ver cuatro de las especies en recuperación, el óryx, las avutardas hubaras, las gacelas reem y los onagros persas. Cuenta además con área de picnic, área infantil y de avistamiento de aves. También se puede pernoctar y hacer actividades como safari, senderismo y una ruta en bicicleta por la reserva.

La Reserva Natural de Burqu se incluyó en la década de los 70 en la lista de los 12 sitios recomendados por el Estudio Clark, el primer estudio sobre áreas naturales que se hizo en el país. Fue llevado a cabo por la Real Sociedad para la Conservación de la Naturaleza (RSCN) en alianza con el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) pero no fue hasta 2018 que obtuvo la categoría de Reserva Natural en el marco de la Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción (2015-2020). Se ubica al noreste del país, en la región de Badia, cerca de la frontera con Siria a unos 200 km de la capital. La reserva, que cuenta von varios lagos, es hogar de paso de aves migratorias, y alberga especies endémicas de plantas y de animales como el gecko negro del desierto, la alondra del desierto, caracales, lobos, roedores y otros pequeños carnívoros. En el área, donde se han hallado restos del Neolítico, se encuentran las ruinas de Qasr Burqu, un complejo omeya construido sobre los vestigios de una fortaleza romana del siglo III.    

La Reserva Natural de Fifa fue declarada Sitio Ramsar en 2017. Se encuentra a unos 140 km de la capital, en el Valle del Rift al sur del mar Muerto, colindando con la frontera cisjordana. Es un área de unos 27 km² en la que se sitúa el punto en tierra más bajo del planeta a 426 metros bajo el nivel del mar. A pesar de su clima semidesértico con temperaturas altas, este pequeño territorio es el hogar de siete especies de plantas y animales en peligro de extinción, aves nocturnas endémicas y alberga el 8% de la fauna del país. Sus fuentes hídricas provienen de manantiales naturales, agua estacional y riego artificial. El humedal provee a las comunidades cercanas de agua potable y agua para riego, controla las inundaciones al canalizar el agua de lluvia hacia el mar Muerto

La Reserva Natural de Qatar tiene casi 110 km² y se encuentra en el sur del país, en la zona de Wadi Araba, la continuación del Valle del Jordán. La zona alberga dunas, marismas y casi la totalidad de las acacias del país que dan refugio a aves migratorias y son el lugar escogido para la cría de especies como la perdiz de arena o la abubilla. Es un lugar excelente para el avistamiento de aves en primavera y verano.

La Reserva Natural de Dahek ubicada en el Desierto Blanco, es conocida por sus formaciones rocosas blancas que contrastan con la oscuridad de los campos de piedra basáltica que rodean esta área. Éstas son uno de sus mayores atractivos pues las colinas se erigen en formas imposibles fruto de la erosión milenaria, un reclamo importante para visitantes, paleontólogos y geólogos. Se encuentra al este de Ammán, en un espacio de más de 265 km² a lo largo de la frontera con Arabia Saudita. Aquí se han encontrado inscripciones safaíticas, una variedad del árabe antigua utilizada por los pueblos nómadas del sur de Siria y norte de Jordania  desde el siglo I a.C.

La Reserva Forestal de Ajloun se ubica al noroeste de la capital, en la zona de Ajloun ocupando 12 km² de extensión. Esta área de clima templado y suelo fértil ha propiciado el desarrollo de bosque de robles, madroños, pinos y algarrobos que surten y han surtido históricamente a la población local con madera y alimento. Alberga una gran variedad de plantas y animales silvestres como el puercoespín crestado, la hiena rayada, chacales, zorros y lobos. Desde 1998 la Real Sociedad para la Conservación de la Naturaleza (RSCN)  opera aquí un programa para reintroducir al corzo en el que fue su hábitat natural antes de extinguirse en el país durante los últimos 200 años. En 2010 se inauguró en la reserva el primer centro del mundo árabe en ofrecer programas de formación para la conservación de la naturaleza. Junto con las instalaciones turísticas forman un sólo complejo de ecoturismo integrado. Se desarrollan además varios proyectos en cooperación con las comunidades locales que se han podido llevar a cabo gracias al trabajo de divulgación y concienciación pública que desde la reserva se ha venido haciendo con ellas.

La Reserva Forestal de Dibeen se encuentra justo al sur de la ciudad arqueológica de Jerash. Su extensión es de algo más de 60 km² de terreno montañoso con un desnivel de hasta 500 metros, cubierto por pinos, robles, pistachos y olivas. Los pinos de la reserva son los más antiguos del país y se caracterizan por crecer en ésta, designada como la zona más seca del mundo donde la media de precipitaciones anuales es de sólo 400 mm. Estos bosques sirven de hábitat de 17 especies protegidas de animales en peligro de extinción como la ardilla persa, y más de 500 especies vegetales. 

La Reserva Forestal de Yarmouk se encuentra al norte del país y cuenta con una extensión de 20 km². Se ubica en la zona biogeográfica mediterránea, lo que propicia su característica topografía conformada por montañas cubiertas de robles y valles con vegetación estacional atravesados por el río Yarmouk. Es el hogar de más de 16 especies de grandes mamíferos y unas 60 de vegetales y es un punto importante para la migración de aves, albergando además el 14% de las especies del país.

La Reserva de la Biosfera de Mujib se ubica a unos 90 km de la capital. Ocupa una extensión de unos 220 km² con cañones que varían más de 1300 metros entre sus puntos altos y los más bajos que llegan a estar a 410 metros bajo el nivel del mar, recorriendo el borde del mar Muerto, lo que otorga a la reserva la particularidad de ser la Reserva Natural a menor altitud del mundo y además, la más profunda. La Reserva tiene tres wadis principales y numerosos afluentes de agua que han ido forjando con el paso del tiempo sus características gargantas rocosas de la zona del cañón de Wadi Mujib que son ideales para los deportes de aventura. En nuestros tour personalizados por Jordania elegimos este maravilloso lugar para hacer actividades como senderismo, descenso por el río y tirolina. La reserva es el hogar de 400 especies de plantas y más de 250 especies de animales, entre ellas 24 mamíferos como la hiena rayada, el lobo gris o el chacal. También es un lugar privilegiado para el avistamiento de aves ya que es un punto estratégico en la migración de aves entre África y Europa, dando cobijo a unas 150 especies.

La Reserva de la Biosfera de Dana tiene una superficie de unos 320 km² lo que la convierte en la reserva natural más grande de Jordania. En el área se dan cuatro zonas biogeográficas lo que hace que sea el hábitat de la mayor diversidad biológica del país dando hogar al 50% de especies de aves y de mamíferos del país y a un tercio de las plantas del país, más de 830 especies, muchas de las cuales son consideradas poco comunes. La Reserva es el sitio perfecto para hacer actividades como senderismo, rutas en bicicleta, escalada,  avistamiento de aves, visitar los varios sitios arqueológicos datados del paleolítico, la época romana o nabatea o disfrutar de impresionantes atardeceres sobre el Valle del Rift.

Los Humedales de Azraq fueron la segunda área natural en protegerse en el país en 1978. Actualmente los manantiales se mantienen de forma artificial después de que se secaran en la década de los 90. Es un punto clave de las rutas de aves migratorias entre Asia, Europa y África, más de 280 especies recorren este territorio y se refugian en sus largos recorridos. El humedal se extiende a lo largo de más de 70 km² y cuenta con una plataforma elevada que recorre una parte, para facilitar la visita y el avistamiento de aves a los turistas.

La Reserva Marina de Áqaba posee una ubicación única en el mar Rojo, protegida entre el umbral de Bad-al-Mandab, que separa el mar Rojo del Océano Índico, y el Estrecho de Tirán que separa el Golfo de Áqaba del mar Rojo. Es un área de gran importancia pues alberga corales y especies animales endémicas y es el hábitat de especies en peligro de extinción como el dugongo, el último sirénido que queda en el planeta. El contraste entre la aridez de la superficie y la cantidad de vida marina hace que este lugar, destino de buceo y snorkel por excelencia, impresione a expertos y principiantes.

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